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El amor se agota

El amor se agota cada instante al escribirle,
Al enunciar al viento vacío este sentimiento entrañable,
Profuso al disponer el amor en cada carta cerrada,
Sin destinatario ahora son la cruzada obrada.
 
El relato épico sobre el cual se cimento este cariño,
Es ahora antagónico a la melancolía que ceñía en sus brazos,
En esas tardes de fantasía que traspasaban ancladas,
Al tiempo tan disperso ahora tan tangible al recordarla.
 
El amor se agota bajo la penuria que componen las letras,
Consonantes en la trascendencia de su ausencia,
Asonante al cerrar estas heridas,
Privarse ahora de cicatrizar y olvidarlas.
 
¿Podría este amor agotarse con solo pensarla?
Cada referencia en la urbe que una vez nos llamaba,
Nos encontraba en esas calles llenas de aventura,
De la expectativa del reflejo miel de su mirada.
 
Sus ojos tan símiles a la arquitectura de aquellos lugares,
Aun llenos de emoción al recordar  con su palma tomada,
Con cada paso sentía agotar la sensación de la lluvia,
Invitaba a la afición del café que en ambos fundaba.
 
El amor se agotaba con la esencia al escucharla,
Al perderse entre sus argumentos que expresaba,
Con tanta decisión que su café ni se inmutaba,
Eran esas situaciones en donde solo podia admirarla.
 
Exaltando en silencio sus gestos,
Una composición que va más allá de la prosa,
De la firmeza de su respiración al mencionar su pasión,
Del temple que aún es vigente al leer sus obras.
 
El amor se agota ahora al releer su literatura,
La manera en que expresa fugazmente cada hecho,
Cada situación que logra remarcar en cada trecho de su texto,
Una lagrima en la mejilla se manifiesta al ver su éxito.
 
Que la llevan más allá de esos sueños tímidos que soñaba,
Cuando añoraba dulcemente las inspiraciones de su camino,
Esas esperanzas que son inagotables en su travesía,
Al alcanzar cada paso con la sinceridad de cada sonrisa.
 
El amor se agota al dejar volar las inspiraciones que transmitía,
Quizá sea la independencia que requiere de fundir las rimas,
De dejar de encontrar los colores con cada silaba,
Abandonar la métrica de estos versos con paciencia.
 
Con una copa de vino blanco quien acompaña la soledad,
Embriaga de a pocos la solemnidad de pensarla,
Ya torna a ceniza el fuego que dé a pocos se apaga,
Esa chispa que ilustraba cada noche al suspirarla.
 
El amor se agota al desvanecerme en el neón de las calles,
En el cielo que compartíamos en compañía nocturna,
Al agotar todas nuestras culpas,
Aun buscar la redención entre la esperanza de volver a amarla.

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