Por tu cobardía.
Se fueron nublando mis días
mis ojos, no divisaban ya
la esperanza, tu amor, se me
escapaba de las manos.
Te comencé a sentir lejano
ausente aunque estabas a mi lado,
callar fue tu peor cobardía,
fingías, no decías nada.
Pretendí que me abrieras
tu corazón, y el letal
dardo clavaras en mi pecho,
pero seguías callado
optabas por el silencio.
Fui yo quién tuvo que dar el paso
abrir la puerta e impulsarte
para que alzaras el vuelo
con dirección a otros brazos.
Y así, calladamente
te marchaste a un confín lejano
donde mis manos no podían tocarte.
Yo, me quedé vacía y sola
rodeada de nostálgicos recuerdos
odiando tu cobardía
y que no te atrevieras a
decirme, que ya no me querías.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
Chile