Nada es igual que ayer
En la época estival
cuando el alma está en bríos
se sacuden los ciruelos
y chapotea en el rio.
La juventud candente
y llena de energías
va y viene mas que siempre
corren y se divierten
hasta el hastío.
Recuerdo cuando era joven
yo también disfruté igual
mas, mis juegos fueron tranquilos
los mas fue corretear,
ir detrás de una pelota,
correr e ir a nadar.
En el camping me sentía feliz
ya que me encantaba nadar,
a pillar la zapatilla
jugábamos sin parar,
al corre que te pilla
cansada de tanto buscar,
lo mas cerca que estaba de un chico
era para poderlo capturar
Ahora los tiempos son otros
todo aquello quedó muy atrás,
ahora el juego de la botella
es lo que se husar,
ven y besa a ese muchacho
que un premio te han de dar,
los mas atrevidos a solas
se van a otro lugar.
¡¡Como no he de estar vieja!!
si nada de lo que ayer fue, está,
se fue perdiendo la inocencia
de un limpio y sano jugar.
Hoy, la inocencia es robada o vendida
para saciarse o pagar
algún placer necesario
que se permiten dar.
Yo acá, estoy buscando una excusa
para entender esta realidad,
con mis ojos bien mojados,
deseando volver, atrás,
donde jugando con la luna
imaginaba que la podría visitar
como aquella familia
que desde la tierra yo podía observar.
Yo, con mis ojos infantiles veía,
lo que mi corazón quería mirar.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R
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