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El hombre de la combi

Es una mañana calurosa y pegajosa
la combi para y me subo intrépida
hay un asiento libre y lo acaparo,
el transporte hace más paradas
sube gente con sus mochilas y audífonos,
sube un hombre de camisa naranja
pantalón caqui y lentes redondos,
queda justo frente a mi y tapa mi visión,
el hombre es robusto y alto,
quizá no demasiado, pero para estar parado
metido en estas cosas llamadas combis,
es demasiado alto, el pobre va apachurrado
con el cuello hecho tortícolis
la cabeza baja, sudando el calor
y veo sus ojos tristes y frustrados
el deseo quizá de no ir a trabajar,
de no levantarse a estas siete de la mañana
o de quizá tener un auto, o mínimo
de tener mi asiento y poder estar en el acomodado.

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