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Huérfano

Uno se va quedando huérfano de amores,
pero no de emociones, ni de recuerdos,
al sentir el viento y ver caer la noche,
hacer que florezca un rosal o una amistad,
recordar el abrazo o un puño dulce de palabras
se siente el gozo, sin el apego de la pasión...
 
Uno no necesita otra persona para vivir,
asumo la realidad y acepto lo que tengo
y sé que somos, realmente afortunados,
si por algún motivo coincidimos ahora...
 
El amar es una forma de esclavizar la mente,
yo quiero montones en absoluta libertad,
entregada al momento que puede irse mañana
y diré –gracias– por lo sentido y aprendido.
 
María.

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