Ansia que ardiente crece, vertiginoso vuelo tras de algo que nos llama con murmurar incierto, sorpresas celestiales,

En las riberas vagando de la mar, las verdes olas mira Argelina y contando las horas que van pasando vierte lágrimas a solas.

Camino blanco, viejo camino, desigual, pedregoso y estrecho, donde el eco apacible resuena del arroyo que pasa bullendo, y en donde detiene su vuelo incons…

Adivínase el dulce y perfumado calor primaveral; los gérmenes se agitan en la tierr… con inquietud en su amoroso afán, y cruzan por los aires, silencioso…

Ya siente que te extingues en su s… llama vital, que dabas luz a su espíritu, a su cuerpo fue… juventud a su alma. Ya tu calor no templará su sangre,

En el alma llevaba un pensamiento, una duda, un pesar, tan grandes como el ancho firmamen… tan hondos como el mar. De su alma en lo más árido y profu…

¡Ay, cómo el llanto de mis ojos qu… ¡Cuál mi mejilla abrasa!... ¡Cómo el rudo penar que me envenen… mi corazón traspasa! Cómo siento el pesar del alma mía

En los ecos del órgano o en el rum… en el fulgor de un astro o en la g… te adivinaba en todo y en todo te… sin encontrarte nunca. Quizás después te ha hallado, te h…

Otra vez, tras la lucha que rinde y la incertidumbre amarga del viajero que errante no sabe dónde dormirá mañana, en sus lares primitivos

«Yo en mi lecho de abrojos, tú en tu lecho de rosas y de pluma… verdad dijo el que dijo que un abi… media entre mi miseria y tu fortun… Mas yo no cambiaría

«Los muertos van de prisa», el poeta lo ha dicho; van tan de prisa, que sus sombras… se pierden del olvido en los abism… con mayor rapidez que la centella

¡Aturde la confusa gritería que se levanta entre la turba inme… Ya no saben qué quieren ni qué pid… mas embriagados de soberbia, busca… un ídolo o una víctima a quien hie…

Los que a través de sus lágrimas, sin esfuerzo ni violencia, abren paso en el alma afligida al nuevo placer que llega; los que tras de las fatigas

Aunque mi cuerpo se hiela, me imagino que me quemo; y es que el hielo algunas veces hace la impresión del fuego.

En incesante encarnizada lucha, en pugilato eterno, unos tras otros al palenque vienen para luchar, seguidos del estruend… de los aplausos prodigados siempre