Me lleva un río suelto
de dudas,
al filo de rocas;
Sostengo incendios,
Y caído,
Sumido,
Me cazan dragones.
Ígneo alarido de otoño,
Brote de astro, eco a
Oxisoles,
Enraizados del roble,
Donde se sueltan las hojas
Y se drena la arcilla,
Dejándome seco, la piel
Alerta,
A la hormiga arriera,
Vereda capilar, por dentro
Me irrita, me arrastra,
Me aguijonea el frenesí
De la urgencia.
¿Y dónde termina el suelo?
Hasta las uñas negras,
De morcilla quemada,
Se entierran.
El Sol quema los últimos rayos
Al viento,
El suelo es mi cielo,
Levanto el momento,
Me entrego.
El corazón es fuego.