Se puede ser palabra,
Y prefiero ser aullido,
Un lamento compartido,
Con anhelos de buen viento.
Hoy me nombran necio,
Sediento de pulsiones,
Las que muerden a mi cuerpo,
Reclamando la porción,
De su momento.
Una ontología salvaje,
Resonando a los cerros,
Una hambruna de perros,
Pidiéndole a la Luna—
Provócame
tus sueños,
Recuéstame
en tus sombras,
Retorna,
fría luz,
a mis noches.