Llueve, ranchea y zumba el viento. El agua emperla el nublado gris y se quiebra la lluvia como un lam… psíquico sobre el techo de zinc. Calma. Se aclara el cielo en brev…

Frente a la luna argentada del espejo, se retoca el carmín que da a su boca los tintes de la granada. Frente a la luna argentada

Como chispas apagadas del volcán de tu pasión, se distienden cual regueros de aza… por lo blanco de tu cutis en carna… Maquinando una leyenda

La casa, en una lometa propicia para admirar, me convida a ver el mar que es pintor y que es poeta. A mis pies se parapeta_

En el clara tarde de marzo el ciel… palio sobre la estéril montaña, es un mar pálido en calma. Y en él abre su torta lechosa la carcomida… de la luna a semejanza de una agua…

Del horizonte al cenit, y entre gu… De masas nacarinas, índigo, pru– sia, celeste. Las nubes _imitativa… todas las formas_ son: montañas, f… tas y frondas. La luz del mar se l…

Así que la aurora deja caer su car… mín en las nazarenas mejillas del alba fugitiva, el mar se riza las… chas cabe el verdegueante toldo de… manglares, a los que las tijeras d…

Hominicaco, no seas curioso. Deja en paz las estrellas; haz un mondadientes con tu telesco… ¿De qué te serviría descubrir el m… de los mundos si has _siempre_ de…

Qué triste la Gran Triste! Nada como la playa nativa existe que sea más triste. Su tristeza tiene vigor, ansia y pereza: ansia de la vida,

Carbón y negro azul en la maleza, perla entre la maraña del celaje, y una melancólica tristeza que se efunde del alma del paisaje… El agua rueda con letal pereza;