(1920)
#Cubanos #SigloXIX #SigloXX
Pelo corto y negro, (toca que ata cinta colorada) voz que un sortilegio evoca, ojos de sierpe encantada, frente fugitiva, y boca
La casa, en una lometa propicia para admirar, me convida a ver el mar que es pintor y que es poeta. A mis pies se parapeta_
Como chispas apagadas del volcán de tu pasión, se distienden cual regueros de aza… por lo blanco de tu cutis en carna… Maquinando una leyenda
Cuando, en las horas cálidas de la… en tus mejillas róseas se enciende… tu carne nacarina con eretismo que… tu cuerpo es una llama que tiembla… Hay fuertes contracciones en lo ho…
Del horizonte al cenit, y entre gu… De masas nacarinas, índigo, pru– sia, celeste. Las nubes _imitativa… todas las formas_ son: montañas, f… tas y frondas. La luz del mar se l…
Mis rimas tenebrosas, cual brunas mariposas nacidas de las viejas, las ignorad… son lampos imprecisos de nítidas c… que tienen de lo extinto romántica…
En el clara tarde de marzo el ciel… palio sobre la estéril montaña, es un mar pálido en calma. Y en él abre su torta lechosa la carcomida… de la luna a semejanza de una agua…
El blanco solamente es una gama cuando _red ideal_ tu piel exorna y en viola, coral, perla, nieve, t… el rayo incierto que la luz derram… Milagroso tu cutis, iris finge
Con las sedantes horas de la tarde que arropan en matices las distanc… la luz mueve sus débiles prestanci… ante la pira que en ocaso arde. Vibra en la claridad póstumo alard…
En perspectiva hacia la callejuela… entre frondas, astas y columnas_ como el iris enorme de un ojo irri… Y al linde partida por el carbón d… gótica _la pupila de oro viejo
Y mañana, como un asno de noria, el retorno canalla y sombrío, doblar la cabeza y escribir: Al juzgado, con los ojos aún llenos de lumbres…
Gesto ancestral de la eclosión ter… se eleva hacia las nubes el granit… dando a esta soledad de lo infinit… la entraña dura y la expresión ser… Azúreo ambiente las distancias lle…
Como yo la esperé, también mi choz… con su alma sin vida la esperó; y la ausente –esperanza vagabunda– para hacerme poeta retornó. A la puerta insegura de mi choza
Prima noche: anchurosa se distiend… ante mí la dalmática del cielo, y pone un tinte de ventura y duelo en cada albino luminar que enciend… Su incólume silencio al mar extien…
En la gloria de la mañana, un celaje deja pasar el sol. El viento encarruja sutilmente las olas, que besadas por la luz parecen una floración argéntea