#Cubanos #SigloXIX #SigloXX
Hay en el niquelado de la peana del sillón_ espejo que embruja lo circundante_ dos ojos donde una luz blanca_ dos perlas irisadas_ se ha posado;
En la gloria de la mañana, un celaje deja pasar el sol. El viento encarruja sutilmente las olas, que besadas por la luz parecen una floración argéntea
Así que la aurora deja caer su car… mín en las nazarenas mejillas del alba fugitiva, el mar se riza las… chas cabe el verdegueante toldo de… manglares, a los que las tijeras d…
Como chispas apagadas del volcán de tu pasión, se distienden cual regueros de aza… por lo blanco de tu cutis en carna… Maquinando una leyenda
“El pistilo es el pene de la flor.… _¡Ave María Purísima! ¿Quién ha dicho ese horror?
Yo tallo mi diamante, yo soy mi diamante. Mientras otros gritan yo enmudezco, yo corto, yo tallo; hago arte en silencio.
Rayas sombrías y luminosas. Verticales: los postes. Horizonta… los raíles y los regatos. El día preagoniza. El crepúsculo palia con sus rosas los grises. En la sa…
Qué triste la Gran Triste! Nada como la playa nativa existe que sea más triste. Su tristeza tiene vigor, ansia y pereza: ansia de la vida,
Carbón y negro azul en la maleza, perla entre la maraña del celaje, y una melancólica tristeza que se efunde del alma del paisaje… El agua rueda con letal pereza;
En el clara tarde de marzo el ciel… palio sobre la estéril montaña, es un mar pálido en calma. Y en él abre su torta lechosa la carcomida… de la luna a semejanza de una agua…
Frente a la luna argentada del espejo, se retoca el carmín que da a su boca los tintes de la granada. Frente a la luna argentada
Hacen prismas hexagonales, rectos e iguales: su geometría. Vuelan y son un ópalo atomizado: su pedrería. Fabrican y zumban: su himno al tra…
Cielo azul, verdes manglares, calvas colinas; y el río que al pasar junto al bohío aquieta sus alamares. Garzas de leves andares,
La gama de la tarde me invita a soñar: Blanco y azul: un vuelo de gaviotas sobre el ras de la mar.
Expira la tarde. En el interior d… la casa solariega, silenciosa y or… te, la penumbra cuelga sus tules.… repente, el crepúsculo, como un pi… curioso, irrumpe por debajo de la