A Carmen y Josefa
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No lloro por mi país el no necesita el llanto, bastante tuvo al parir que sufrir lo sacrosanto, de aquellos que con la espada,
Atrévanse a escribir, cantar, bailar, pintar y a transmi… en múltiples espacios de expresión… sabiendo que la noble vocación, de crear, de libertad y lo profund…
Tus ojos, tu tristeza, eran como el otoño, a quien se le adjudica, nostalgia y desazón. pero si fue en otoño
El espíritu y muy cerca el corazó… sin que asuste la crueldad de los… tienen preferencias y motivos, que el egoísmo le impone a su razó… ellos creen que infundiéndonos tem…
De donde vienen los sueños, de donde los ideales, de quien pese a los fatales pesares y contratiempos, mantiene erguido su pecho
Donde alguien ve un camino, otros solo un callejón. cada cual con su opinión y distinta perspectiva, unos alegran la vida
Ahí se va la niña, aterciopelada, vestida de fiesta, y color marfil. zapatos violeta, collar de corales,
Y en un Barrio con vuelta a la ma… en bicicleta la inocencia se convirtió en Princesa, y el corazón en un latido de reloj… Felicidad, una señora muy buscada,
Las palabras no se las lleva el vi… si quien las dice, las dice desde… podrán ser, tildadas de inocentes, pero nunca de huecas o profanas. Las palabras que ojalá se lleve el…
. Aprender a disentir abre mente y corazones innumerables razones e innumerables posturas
Hojas quemadas de otoño, a la vera de una calle, árboles sin ropaje, mudanzas que se avecinan, y en tierna melancolía,
Lo recóndito, ahí está ni perdido ni vencido, como le sucede a un libro, estando en la biblioteca, no le afecta la demanda,
Volé siempre atado a mis raíces por no llegar mas alto del que pue… por no caer facilmente en el encie… en un simple tropezón o una caída, que pudieran dejar graves heridas
Eran los comienzos de la década de los 70 y en la calle Florida, frente a la cartelera del antiguo edifico del diario La Nación, una cantidad de transeúntes, algunos habitué, discutían ...
China, la India y Arabia, cunas de la poesía, desde Changan a Medina, pasando por Madurai, se acarició la beldad,