Cargando...

Neiqued

Una cascada
Entre gemidos
Y los ojos entumidos
 
Apretando con ambas manos
La silueta imperfecta
De las sábanas...
 
Cayendo y lastimando
La curva acaramelada de tu cuerpo.
 
Cambiaste tus discursos
Por gritos sin sentido
 
Mientras incendíabamos la carne
Que colgaba de nuestros huesos.
 
Se escapó de tus suspiros
Casi siempre una sonrisa
 
Y no quedaba espacio
Para nada más que un corazón
Entre el relieve majestuoso
De tu paraje desnudo.
 
Vida, somos piel
Y susurro silvestre
Cuando llegas por casualidad
Quitándote la ropa.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Rafael Quintana...



Top