#Argentinos
Duerme el Callao. Ronco son hace del mar la resaca, y en la sombra se destaca del real Felipe el Torreón. En él está de facción,
En pos del alba azulada, ya por los campos rutila del sol la grande, tranquila y victoriosa mirada. Sobre la curva lomada
A bañarse en la gota de rocío Que halló en las flores vacilante… En las noches de estío Desciende el rayo de la blanca lun… Así, en las horas de celeste calma
¡Oh! ¡Mis islas amadas, dulce asi… de mi primera edad! ¡Añosos algarrobos, viejos talas donde el boyero me enseñó a cantar ¿Por qué os dejé, para encerrar mi…
Cuando la tarde se inclina sollozando al Occidente, corre una sombra doliente sobre la pampa argentina. Y cuando el sol ilumina
¿Quién no ha visto en las orillas del hermoso Paraná, esa banda, siempre verde, siempre móvil del juncal? En las horas de la siesta,
Que voz süave, qué sonoro acento para cantarte ¡oh Pampa! ¿Me dema… ¿Será el rugido atronador del vien… ¿Será el susurro de las auras blan… Te veo y me estremezco: mi alma si…
Yo tengo mis recuerdos asidos a tu… yo te aino como se ama la sombra d… risueño compañero del alba de mi v… seíbo esplendoroso del regio Paran… Las horas del estío pasadas a tu s…
Vivaz, armonïosa, Risueña y sonrosada, El trágico coturno Crujiéndole en las plantas, Volcado el traje en opulentos plie…
Era esa pampa dilatada y sola, sin otra vida que la vida aquella que hace rodar la ola y girar en los cielos una estrella…
Brisa que en medio de la selva can… apacible rumor del oleaje, es el susurro de su blanco traje al deslizarse su ligera planta. Luz de la estrella que al caer la…
¡Ah! yo que en torno de tu sien he… Perennemente suspendida el alba, Y encenderse en el cielo de tus oj… Como una estrella el esplendor de… Ha querido mi ofrenda de poeta
Se sueña, se presiente, se adivina… estremécese el labio y no la nombr… el alba la ve huir de la colina velada entre los pliegues de la so… Espira el melancólico perfume
Es la mañana: nardos y rosas mueve la brisa primaveral, y en los jardines las mariposas vuelan y pasan, vienen y van. Una niñita madrugadora
Pues las pides, en tu busca van mis flores ignoradas, con su modesto perfume y risueñas esperanzas. No temas, no, que en sus hojas