PRÓLOGO No habían cumplido años ni la rosa… Todo, anterior al balido y al llan… Cuando la luz ignoraba todavía si el mar nacería niño o niña.

«XI. Desde la ventana de nuestro cuarto, en el hotel Novo Moskovskaia, miro su capital, Moscú, partida por el río Moscova, casi helado, arrastrando grandes manchas de grasa de las fábri...

Ángeles malos o buenos, que no sé, te arrojaron en mi alma. Sola, sin muebles y sin alcobas,

¡Oh poesía hermosa, fuerte y dulce… mi solo mar al fin, que siempre vu… ¿Cómo vas a dejarme, cómo un día puede, ciego, pensar en tu abandon… .

Dime que sí, compañera, marinera, dime que sí. Dime que he de ver la mar,

Toca la campana de la catedral, ¡Y yo sin zapatos yéndome a casar! ¿Dónde está mi velo,

—Bien puedes amarme aquí, que la luna yo encendí, tú, por ti, sí, tú, por ti. —Sí, por mí. —Bien puedes besarme aquí,

Aun verdes, imagino que algún día de algún año pasado, un curso ido, sobre un mapa en el tiempo desvaíd… estudiábamos juntos geografía. Como los papagayos colegiales,

Viento contra viento. Yo, torre de mando, en medio. Remolinos de ciudades bajan los desfiladeros. Ciudades del viento sur,

Te invito, sombra, al aire. Sombra de veinte siglos, a la verdad del aire, del aire, aire, aire. Sombra que nunca sales

Por amiga, por amiga. Sólo por amiga. Por amante, por querida. Sólo por querida. Por esposa, no.

¡No pruebes tú los licores! ¡Tú no bebas! ¡Marineros, bebedores, los de las obras del puerto, que él no beba!

Entraña de estos cantares: ¡Sangre de mi corazón, tarumba por ver los mares! El mar. La mar. El mar. ¡Sólo el mar!

No dormiréis, malditos de la espad… cuervos nocturnos de sangrientas u… tristes cobardes de las sombras tr… violadores de muertos. No dormireis.