Verás entre meadas y meadas, más meadas de todas las larguras: unas de perros, otras son de curas y otra quizá de monjas disfrazadas… Las verás lentas o precipitadas,

¡Qué revuelo! ¡Aire, que al toro torillo le pica el pájaro pillo que no pone el pie en el suelo! ¡Qué revuelo!

Por amiga, por amiga Por amiga, por amiga. Sólo por amiga. Por amante, por querida. Sólo por querida.

No los creáis, cubría su rostro la misma máscara. La lealtad en la boca, pero en la mano una bala. Al fin, los mismos en Chile

Ven. Ven. Así. Te beso. Te arranco. Te arrebato. Te compruebo en lo oscuro,

... Hay peces que se bañan en la a… y ciclistas que corren por las ola… Yo pienso en mí. Colegio sobre el… Infancia ya en balandro o biciclet… Globo libre, el primer balón flota…

El diablo hocicudo, ojipelambrudo, cornicapricudo, pernicolimbrudo y rabudo,

Hubo luz que trajo por hueso una almendra amarga. Voz que por sonido, el fleco de la lluvia, cortado por un hacha.

Poema escénico Me aburro. Me aburro. Me aburro. ¡Cómo en Roma me aburro!

Se despertó una mañana. Soy la yerba, llena de agua. Me llamo yerba. Si crezco, puedo llamarme cabello.

Marinerito delgado, Luis Gonzaga de la mar, ¡qué fresco era tu pescado, acabado de pescar! Te fuiste, marinerito,

¡Qué altos los balcones de mi casa! Pero no se ve la mar. ¡Qué bajos! Sube, sube, balcón mío,

Cántico de cánticos. Cantar de cantares. Canción de canciones. Encendidas están las flores, las e… muriéndose de amor, sobre todos lo…

Un papel desvelado en su blancura. La hoja blanca de un álamo intacha… El revés de un jazmín insobornable… Una azucena virgen de escritura. El albo viso de una córnea pura.