#EscritoresCamagüeyanos #EscritoresCubanos
Como el conocido señor Jourdain, que a los cuarenta años aprende de su profesor de filosofía que ha estado hablando en prosa sin saberlo, bien pudiera decirse que no pocos prosistas, y ...
Soldado, aprende a tirar: Tú no me vayas a herir, que hay mucho que caminar. ¡Desde abajo has de tirar, si no me quieres herir!
Con mi tres o con su cuatro, cante, Juan Bimba, yo lo acompaño. —Canto en Cuba y Venezuela, y una canción se me sale:
Ya yo me enteré, mulata, mulata, ya sé que dise que yo tengo la narise como nudo de cobbata. Y fíjate bien que tú
Con tanto inglé que tú sabía, Bito Manué, con tanto inglé, no sabe ahora desí ye. La mericana te buca,
Así como después de la tormenta el guardabosque sale para saber cuál ácana, cuál guayacán, cuál ébano cayó desarraigado por el viento,
Toco a la puerta de un romance. —¿No anda por aquí Federico? Un papagayo me contesta: —Ha salido. Toco a una puerta de cristal.
Por el Mar de las Antillas (que también Caribe llaman) batida por olas duras y ornada de espumas blandas, bajo el sol que la persigue
Cuelga colgada, cuelga en el viento, la gorda luna de Barlovento. Mar: Higuerote.
Tu vientre sabe más que tu cabeza y tanto como tus muslos. Ésa es la fuerte gracia negra de tu cuerpo desnudo.
¡Ay, negra, si tú supiera! Anoche te bi pasá y no quise que me biera. A é tú le hará como a mí,
¡Qué de cosas lejanas aún tan cerca, mas ya definitiva— mente muertas! La autoridad de voz abrupta
Oh llanura materna, tierra mía, ancho cuero de toro, seco y duro: Ni un monte tienes de granito puro que interrumpa tu tensa geografía. ¿Ni un monte tienes de granito pur…
Desde la escuela Y aún antes... Desde el alba, cua… Era una brizna yo de sueño y llant… Desde entonces, Me dijeron mi nombre. Un santo y…
¡Ay, pobre doña María, ella que no sabe nada! Su hijo, el de la piel manchada, a sueldo en la policía. Ayer, taimado y sutil,