Ana María, la trenza que te cae sobre el pecho, me mira con ojos de serpiente desde su piel torcida.

La rueda dentada, con un diente ro… si empieza una vuelta se detiene a… Donde el diente falta (o mejor no… sino que está roto) la rueda se traba, el diente no en…

Padre: lo único cierto es que tú no estás muerto. Otros, tienen sus dioses, sus amig… otros tienden las manos abiertas hacia verdes promesas imp…

Este chancho en jamón, casi terner… anca descomunal, a verte vino y a darte su romántico tocino gloria de frigorífico y salmuera Quiera Dios, quiera Dios, quiera…

Siento que se despega tu recuerdo de mi mente, como una vieja estamp… tu figura no tiene ya cabeza y un brazo está deshecho, como en… calcomanías desoladas

Vine en un barco negrero. Me trajeron. Caña y látigo el ingenio. Sol de hierro. Sudor como caramelo.

Por el Mar de las Antillas (que también Caribe llaman) batida por olas duras y ornada de espumas blandas, bajo el sol que la persigue

¡Quirino con su tres! La bemba grande, la pasa dura, sueltos los pies, y una mulata que se derrite de sab…

¡Qué vida la que vivimos en estos años de muerte! ¡Qué vida la que morimos! El ojo del policía, abierto de noche y día.

Cuelga colgada, cuelga en el viento, la gorda luna de Barlovento. Mar: Higuerote.

Cuando yo vine a este mundo, nadie me estaba esperando; así mi dolor profundo se me alivia caminando, pues cuando vine a este mundo,

Sobre el duro Magdalena, largo proyecto de mar, islas de pluma y arena graznan a la luz solar. Y el boga, boga.

Así como después de la tormenta el guardabosque sale para saber cuál ácana, cuál guayacán, cuál ébano cayó desarraigado por el viento,

De tierras de Guatemala volando mi avión partía; lloraba con el motor, con la hélice decía: —¡Guatemala,

¡Aquí estamos! La palabra nos viene húmeda de los… Y un sol enérgico nos amanece entr… El puño es fuerte Y tiene el remo.