Crónica de un Reencuentro
¿Crees?
¿Crees, realmente, vida mía,
que dejar de amarte yo podría,
porque el paso del tiempo
en tí dejase,
ese rastro de arrugas
que me cuentas?
¿Es que, acaso, tú piensas,
ciertamente,
que lo escrito, lo vivido,
que lo hablado,
sólo era a una imagen remota
del pasado?
¿Que sería del amor
si sólo fuese
un brioso corcel de juventudes?
¿Qué sería del amor
si sólo fuese
ese dulce sabor de carne fresca?
¿Qué sería del amor
si sólo fuese
un amor de ropajes y ornamentos?
El amor a una cáscara no cuenta,
para mí eso es vacuo
y no tiene fundamento.
Si te amo es porque lo que amo
es tu esencia
sin arrugas, sin tiempo,
sin distancia.
Ese aroma de comidas
que me hacías,
esos tiempos bonitos
que vivimos,
es la esencia
de que hablo
en nuestras vidas
la que amo
y te amo, vida mía.
¡Qué sería del amor
si sólo fuese,
una piel sobre otra piel
sin nada dentro?
Y, a pesar de todo lo que digo,
no me cabe ni una duda
al respecto.
Ese día que estemos
frente a frente,
y cerremos los ojos
al besarnos,
esa esencia que tenemos
vida mía,
nos dará nueva piel
a nuestros cuerpos,
y seremos tan sensibles
como siempre
al rozar nuestros labios
en un beso,
y seremos tan sensibles
como siempre
al hacer el amor
muy, muy intenso.
Cómo crees, acaso,
vida mía,
que dejar de amarte yo podría?
Si no tengo respuesta
todavía,
a por qué te he perdido
en esta vida.
(2012)
Del libro "Crónica de un Reencuentro"
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