Crónica de un Reencuentro
Despliego mis alas
Despliego mis alas
y salgo a volar,
desde el cofrecito
en que estoy guardado
en un rinconcito
de tu corazón.
Y vuelo muy alto
y cuanto más alto
veo como el mundo
empieza a cambiar.
Tú y yo, ya, no estamos
tan y tan distantes
como desde abajo
sentimos estar.
Todo se transforma
en otra dimensión,
los llantos, los gritos,
los ruidos de guerra,
todo el sufrimiento
de un mundo doliente
se va extinguiendo
en la inmensidad.
Ya estoy tan arriba
que el frío infinito
comienza a rodearme
con su oscuridad.
Y al ver de esta altura
que estamos muy juntos
me surgen preguntas
que aunque reiteradas
no sé responder.
Si un día la vida
que nos tuvo unidos
nos fue a separar.
¿Para qué nos hace
esta jugarreta
y con tanto bagaje
nos vuelve a encontrar?
¿Para qué la vida
que nos ve tan lejos,
que sabe que el fuego
de amor que tuvimos,
ni siquiera el tiempo
lo pudo apagar,
para qué la vida
nos vuelve a encontrar?
Y desde el oscuro
y negro infinito
una voz potente
que suena burlona
viene a responder.
Eres necio, humano,
no te has dado cuenta
de que no eres nada
tu Tierra es apenas
minúscula mota
perdida flotando
en un universo
que no tiene fin.
Y tú no eres más
que algo diminuto,
de efímera vida
que cuando se pase
nada quedará.
Eres tonto humano
la vida es un juego
que debes jugar,
si la desperdicias
en tristes lamentos,
si pierdes el tiempo
en verla pasar,
llegará tu día
en el que veas todo
con más claridad.
Todo ha sido un juego
que nunca supiste
jugar ni ganar.
Pero en ese día
que lo veas todo,
no habrá vuelta atrás.
(2012)
Del libro "Crónica de un Reencuentro"
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