¿Por qué hombre o mujer, te aferras al desdén? ¿Por qué amas desventura, negando a tierna fortuna? Ya terminaste a Gomorra,
1. Amores de papel, en este orden universal: importa más la piel, y deja el sentir atrás; alumbrando luz con oscuridad.
Diversas las maneras, cualquiera sea tu caso, en dar gloria sin igual, sea sentado o caminando, en el templo o en el campo,
Hoy te quiero verdaderamente, sin ataduras y egos, me he librado del apego, de aquella premura en quererte. El cuerpo caprichoso engañaba,
No sé si quiero escribir, pero real, me siento mal, ¿por qué lo he de negar?, ¿por qué me he de mentir? Yo pensar en nada quiero,
1. La ironía del fuego, pesar de aquella sufrida niñez, consumida en el ego, hecatombe e idiotez, antítesis de libre sencillez.
Paciente en tu morada, confundido de verdad, entre tanta ambigüedad, si empuño yo tu espada, de lleno voy a la batalla.
¿Qué quieres de mi ansiedad? ¿Por qué tanto escarmientas? ¿Qué me haces recordar? ¿Por qué mi alma en pena? ¿Cuántos días pasarán,
Vida me ha hecho nada, sin carga en la espalda, ¿qué peso a temer?, nada por quejarse, por todo agradecer.
Todo es bueno al que ama, Francisco incluso a la muerte reci… siempre te contemplaba, tu ley obedecía, y en todas tus criaturas te veía.
¡Pequeña consentida! que llama mami a mi abuelita, eres un torbellino de amor y sonrisas, te adoro sobrina favorita.
Tan simple vestido llevas y a todos nos sonríes, tienes todo en nada; tanto tienes que regalas, dando siempre a manos llenas.
1. ¡Oh buen maestro! Jesús, mi sepulcro, mi vida, mi sostén, mi todo y mi señor; quiero amarte, servirte, alabarte. 2. Mi altísimo cristo,
¡Malamente pensaba!, realmente confundido, descanso en ningún lado hallaba, pero allá oscurecido tu fuego estaba;
A qué me mandas a mirar señor mío, a donde quieres que tu ciervo vaya… revélate, obediente en ti confío, remueve esta cegante muralla. Guíame a través de este mar sombrí…