Fúnebres manos callosas,
cuántos pensamientos vas sosteniendo.
¡Cuánto lo siento!
Voluntad ilusionada y cautiva,
te incito para dejarte el silencio.
Dulce melodía de la vida.
¡Perdón!
Mi palpitante corazón te esfumó.
Mi angustiante intuición te desafinó .
Mi jocosa coordinación te manchó .
Oportunidades azarosas,
te esperan mis intereses.
Pero te evaden mis áridos pensamientos.
¡Y es mi culpa!
Aprisioné a las tormentas.
Idealizé mis tranquilas estancias
ya muertas.