La historia de las manos
Las miradas son solo eso, miradas.
Manos negras y luchadoras
que no se dan por vencidas,
cuán vida agitada y sangría
que no llora, pero sí gritan.
Gritos agrios llenos de silencio,
con ebriedad que recorre mi realidad.
Creando un sentimiento de vida,
amor mío, ¿qué prejuicios nos esperan
en la caminata de la existencia?
Caminamos con el corazón en el cuello,
esperando el susurro de la muerte,
en nuestras espaldas marcadas
por la historia de nuestros sueños.
Solo queda esperar a que la vela de la vida
se derrita por el fuego de la crítica
y la mecha de existencia desaparezca
por las miradas del odio.
Adiós, mi vida; adiós, mi existencia.
