Edades de fuego y de aire Mocedades de agua Del verde al amarillo Del amarillo al rojo Del sueño a la vigilia

A Silvina Ocampo ¿Quién canta en las orillas del pa… Inclinado, de pechos sobre el río de imágenes, me veo, lento y solo, de mí mismo alejarme: letras puras…

Tiemblan los intrincados jardines juntan los árboles las frentes cuchichean El día arde aún en mis ojos

Quedo distante de los sueños. Abandona mi frente su marea, avanzo entre las piedras calcinada… y vuelvo a dar al cuarto que me en… aguardan los zapatos, los lazos de…

RÁFAGAS turquesa loros fugaces en parejas Vehemencias el mundo llamea Un árbol

Paramera abrasada del amarillo al encarnado la tierra es un lenguaje calcinado… Hay púas invisibles, hay espinas en los ojos.

Ni cisne andaluz ni pájaro de lujo Pájaro por las alas hombre por la tristeza Una mitad de luz Otra de sombra

La plaza es diminuta. Cuatro muros leprosos, una fuente sin agua, dos bancas de cemento y fresnos malheridos.

Llueve en el mar: al mar lo que es del mar y que se seque la heredad. ¿La ola no tiene forma? En un instante se esculpe

Anoche un fresno a punto de decirme algo –callóse.

Cantan las hojas, bailan las peras en el peral; gira la rosa, rosa del viento, no del rosal. Nubes y nubes

Torre de muros de ámbar, solitario laurel en una plaza de p… golfo imprevisto, sonrisa en un oscuro pasillo, andar de río que fluye entre palac…

El trueno anda por el llano el cielo esconde todos sus pájaros Sol desollado bajo su luz final las piedras son más piedra

Fluye el tiempo inmortal y en su l… sólo palpita estéril insistencia, sorda avidez de nada, indiferencia… pulso de arena, azogue sin sentido… Resuelto al fin en fechas lo vivid…

Las horas, su intangible pesadumbr… su peso que no pesa, su vacío, abigarrado horror, la sed que expí… frente al espejo y su glacial visl… mi ser, que multiplica en muchedum…