Del amarillo al rojo al verde, peregrinación hacia las claridades… la palabra se asoma a remolinos azules. Gira el anillo beodo,

Coronado de sí el día extiende sus… ¡Alto grito amarillo, caliente surtidor en el centro de… imparcial y benéfico! Las apariencias son hermosas en es…

Cantan los pájaros, cantan sin saber lo que cantan: todo su entendimiento es su gargan…

Mudo, tal un peñasco silencioso desprendido del cielo, cae, espeso… el cielo desprendido de su peso, hundiéndose en sí mismo, piedra y… Arde el anochecer en su destrozo;

Déjame, sí, déjame, dios o ángel,… Déjame a solas, turba angélica, solo conmigo, con mi multitud. Estoy con uno como yo, que no me reconoce y me muestra mi…

Jardines despeinados, casa grande como una hacienda. Hay muchos cuartos vados, muchos retratos de celebridades desconocidas.

ELLA cierra los ojos y en su ade… está desnuda y niña al pie del árb… Reposan a su sombra el tigre, el t… Tres corderos de bruma le da al ti… tres palomas al toro, sangre y plu…

Dentro de un sueño estaba empareda… Sus muros no tenían consistencia ni peso: su varío era su peso. Los muros eran horas y las horas fija y acumulada pesadumbre.

Todo comienza en un jardín, lo recuerdo, me recuerdo. Un jardín con niño, a tientas, me adentro. Pasillos, puertas que dan a un cuarto de hotel, a una interjección, a un páramo urbano. ...

Dame, llama invisible, espada fría… tu persistente cólera, para acabar con todo, oh mundo seco, oh mundo desangrado,

Blanco el palacio, blanco en el lago negro. Lingam y yoni. Como la diosa al dios tú me rodeas, noche.

Un pulso, un insistir, oleaje de sílabas húmedas. Sin decir palabra oscurece mi frente un presentimiento de lenguaje.

Con un trapo y un cuchillo contra la idea fija Contra el toro del miedo Contra la tela contra el vacío el surtidor

AL confín yesca del espacio calcinado la ascensión amarilla del árbol

Todo nos amenaza: el tiempo, que en vivientes fragme… al que fui del que seré, como el machete a la culebra;