La tormenta de nieve comenzó en aquel bosque. Me sentía un copo de nieve tan similar a los demás, con la misma finalidad caer y ser parte de todo, hundirme a la nada, pero el viento cambio la trayectoria de algunos, incluyéndome, íbamos cayendo dispersos. era el único copo de nieve entre tanta tierra, me sentí un alma solitaria, por fortuna el aire atroz me tenía con vida, el viento seguía soplando y en un suspiro llegaste a mi lado, en mi mente pensé vaya fortuna... los minutos a tu lado me hacían sentirme vivo, era tan cómodo el silencio que nos rodeaba, el viento era nuestro cómplice y soplo para unirme a ti de una forma tan simple que vi tu sonrisa y tus perlas blancas, susurraste
-   El viento nos unió y fue por algo, dos almas situadas en un mismo espacio destinadas a chocar y ser parte de otros a sólo ser tu y yo para convertirnos en un nosotros.
Entonces nos fundimos en uno solo, vimos crecer la bruma en las mañanas, vimos la resistencia de las flores a no morir, sentimos nuestro invierno como si el final fuera tan lejano, hicimos de nuestros días un incendio de nieve en la memoria de los árboles, grabamos en sus raíces un amor puro, pasaban las horas y la noche cayo, hicimos de las estrellas nuestras luces, esa noche el viento soplo tan fuerte que bailamos al compás de las hojas de pinos, íbamos cayendo y al mirar hacia abajo vimos como un jardín de gerberas se moría por el violento frio, caímos lejos, no apartabas la mirada de aquel jardín que yacía de esperanzas. La mañana llego, pero el viento seguía más violento que antes, no podía consolarte y poco a poco cada palabra mía te sofocaba por dentro, aquel nosotros se desvanecía como nuestro cuerpo, y de ser un copo de nieve pasamos a ser solo dos extraños.
Nos separamos...
ahora sigues tu camino bajando por veredas llegando a un hermoso jardín de gerberas, hidratándolas con tu último aliento de esperanza siendo parte de ellas, yo me quede varado en el lago de recuerdos nuestros viéndote florecer.