Versos
Pedazos arrancados de algún lado
y puestos en conjunto
para un mar sin sentido.
Mojados con sudor, lágrimas
y sangre,
pretendiendo ser la pureza máxima del fuego
pero en la sutil forma de un sentimiento.
Tan calientes como dar estancia
en mi garganta,
y trago y suspiro
pero se quedan ahí,
ardiendo en una lágrima
o gritando en un pensamiento.
Los días de un o una poeta
son siempre melancólicos,
tristes, grises y sucios,
porque ven en su pequeña vida
la grandeza de un martyr
y la hecatombe de una tragedia.
Yo, que cambio todos los días de zapatos
me puse hoy en los de Simon Petrikov
porque con el tiempo
también perdí el sentido
y hoy que camino sudando en el frío
y tiritando de calor,
me quedo con un verso muerto
y un cadáver escrito.
