Tengo ganas de unos ojos
qué brillen cuando me vean,
qué no desvíen su mirada
y me hagan temblar el alma.
Tengo ganas de unos brazos
qué me abracen completa y
resguarden mi cuerpo.
Tengo ganas de unas manos
qué recorran mis rincones
y me sujeten con firmeza.
Tengo ganas de unos labios
qué besen con dulzura
y muerdan con fiereza.
Tengo ganas de un fuego
qué queme hasta el cansancio
y no se apague la llama.
Tengo ganas de revivir lo
prohibido, arrojarme al vacío.
Tengo ganas de un amor
qué acepte mis cicatrices
y disfrute de los matices.
Tengo ganas de ser el amor
al que regrese cada día
y provoque su sonrisas.
Tengo ganas de ser la felicidad
qué busque con confianza
y sepa que es una realidad.