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Nocturno

(Uno)

Estas manos de tierra están impregnadas de tus lágrimas
¡Cómo no mirar a tus ojos con la lluvia!
Y nada cosecho, salvo el fulgor de tu ausencia,
mientras el eremita sueña a través de la ventana empañada.
 
Tempestad.
Maremotos de locura furiosa que me obligan a ceder.
 
Estas manos de fuego incendiaron tus bosques
¡Cómo deseo que Agosto arrastre estas cenizas!
El ayer acontece inconexo, con tus ojos plomizos,
mientras los segundos se embarazan de eternidad con las entrañas de la noche.
 
Eternidad.
Hoy cepillo las madejas del tiempo, mientras Sísifo ríe y se consuela.
 
Estas manos de dedos desenredaron tus rizos
¡Y me quedó el pringue exquisito de tu almohada!
Yo dibujo tu boca roja jadeando sobre la unión libre,
mientras el papel se desnuda de realidad por las madrugadas.
 
Realidad.
No puedo caminar sobre tus aguas, y vos no podés nadar en mis tierras.
 
Estas manos de labranza construyeron el mundo
¡Cómo no desear partirlo en dos ahora que no estás!
Yo soy el demiurgo torpe que sopla burbujas utópicas,
mientras la geografía me encierra con los meridianos de mi prisión.
 
Soledad.
El lóbrego fin del optimismo matutino llega con la luz del farol.
 
¡Mientras los veo dibujándote otra vez!

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