Marta Bartac (Barcelona,1995)Cuando escribí mi primera biografía en mi primer poemario de auto- publicación creí que podía salvar el mundo, pero me di cuenta que la capa que llevaba puesta era para salvarme a mi porque ahora sé que no podemos salvar a todo el mundo pero si podemos salvarnos a nosotros mismos.
Marta Bartac (Barcelona,1995)Cuando escribí mi primera biografía en mi primer poemario de auto- publicación creí que podía salvar el mundo, pero me di cuenta que la capa que llevaba puesta era para salvarme a mi porque ahora sé que no podemos salvar a todo el mundo pero si podemos salvarnos a nosotros mismos.
Desde aquella primera vez ha pasado mucho tiempo, y algunas cosas han cambiado mucho, para otras ya no tengo sitio, ni espacio, tampoco las quiero de vuelta.
Estoy empezando a pensar que la vida solo dura un rato y la muerte es para toda la vida, quizá por eso creo que existe gente buena ahí fuera, que hay libros que todavía no se han leído, calles que el amor aún no ha podido descubrir, canciones que siguen escondidas, besos que han sido robados, editoriales que valoran más el talento que los bolsillos, personas que no se han corrompido entre tanta mugre, gente que quiere cambiar el mundo, que todavía tiene conciencia y que lucha incansablemente con una protesta justa, os juro que lo he visto, lo he vivido y oído.
Nunca entro en un sitio que no sé como salir, aunque siempre he preferido lo complicado, las cosas prohibidas, los amores imposibles y las causas perdidas, soy un desastre en toda regla, un desorden que todavía intento recoger, un libro que nunca escribí y secretos que morirán conmigo para siempre.
Soy demasiado sensible por dentro aunque por las noches me convierto en algún animal que saca la parte más fiera y golfa que no enseño a todo el mundo, sé que estoy envejeciendo mal y qué bien me sienta, aún sigo odiando la forma en la que no odio ni un poquito y sigo pensando que las cosas se pueden cambiar si se hacen bien, si se utilizan para ayudar.
Este es mi altavoz,
este es mi mensaje,
mi estómago,
bienvenido a mi casa.