El hecho de mandarte mensajes a altas horas de la madrugada hace que me revolotee el cerebro, me maree. ¿Acaso piensas que te voy a querer menos que otros días?.
Las palabras me consumen, mi lengua se cansa y mis dedos quieren parar. El quererte de esta manera  me hace pensar “Cómo puedo dar más cada día”, momentos después de ese pensamiento vienes a mi mente, dejando semillas de versos, regándolas con tinta y cuidándolas como si fuera una hoja de papel china.
Veo tu forma de ver las cosas, estas llena de alegría, amor, sentimientos, rencores que no me dices, a veces hasta ganas de golpearme porque puedo parecer un niño que no sabe hacer las cosas.
Cuando esté contigo, espero que puedas expresar esos sentimientos hacia mi en todas las formas que se te puedan ocurrir, estaré esperando ese día como si fuera el ultimo de mi existencia.