#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1989 #DespistesYFranquezas
Hay quienes se resisten deshilacha… a morir sin haberse concedido un año un mes una hora de goce y esperan ese don cultivando el si… vaciándose de culpas y de pánicos
No puede ser. Esta ciudad es de mentira. No puede ser que las palmeras se d… a acariciar la crin de los caballo… y los ojos de las putas sean tiern…
Soñamos juntos juntos despertamos el tiempo hace o deshace mientras tanto no le importan tu sueño
Yo soy la secretaria ideal. Mi jefe es elegante, mi jefe es tan discreto, es alto, es distinguido,
Ya no sólo de pánico vive el hombre por eso es una paz no dulce no tranquila
Ahora que este siglo uno cualquiera se deshilacha se despoja de sus embustes más canallas de sus presagios más obscenos
Entre tú y yo / mengana mía / se l… un muro de berlín hecho de horas d… añoranzas fugaces tú no podías verme porque montaban… los rencores ajenos
Sólo hasta ayer fui joven hoy empecé a ser viejo desde el mal bienestar
Los verdugos suelen ser católicos creen en la santísima trinidad y martirizan al prójimo como un me… de combatir el anticristo pero cuando mueren no van al cielo
Bajé al mercado y traje tomates diarios aguacero endivias y envidias gambas grupas y amenes
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
Cuando era como vos me enseñaron l… y también las maestras bondadosas… que libertad o muerte era una redu… a quien se le ocurriria en un país donde los presidentes andaban sin…
Extrae conejitos de una sota de ba… improvisa palomas desde su manga a… introduce a su núbil compañera con frágiles tetitas y amplias gar… en baúl carmesí que tiene sus otoñ…
Estaba a duras penas comprendiendo y me encontré en la calle como per… los gritos y bocinas se colaban insolentes en mi áspera congoja palpé las cicatrices que dejó tu m…
Me enamoré hace mucho de la mar transparente y sin dioses y como es trampa y ley de los amor… me enamoré temiéndola esperándola a veces era el mar azul