Seguramente mi primer olvido tuvo una cuna de madera tibia / a trocitos fui armando evocaciones de la matriz recién abandonada ese lecho de jugos y de sombras

La piel acariciada se acabó se acabaron las manos que encendía… los pulmones que juzgaban el aire… piernas que enseñaban el camino se acabó el cuerpo penetrando en e…

A mediados de 1974 explotaban en Buenos Aires diez o doce bombas por noche. De distinto signo, pero explotaban. Despertarse a las dos o las tres de la madrugada con varios estruendos en...

Que golpee y golpee hasta que nadie pueda ya hacerse el sordo que golpee y golpee hasta que el poeta

Es mía la inocencia ánfora de cristal tan desvalida que nada me sugieren sus añicos la juventud es mía y es además atávico susurro

A veces el silencio convoca algarabías parodias de coraje espejismos de duende tangos a contrapelo

Lo dijeron y lo repitieron esclarecidos portavoces de Algo: «Se acabó la escritura. La literatura está condenada a morir. De ahora en adelante sólo existirá la Cultura del Ruido y de la...

Pavadas que uno inventa en el exilio para de algún modo convencerse de que no se está quedando sin paisaje, sin gente, sin cielo, sin país. Las geografías, qué delirio zonzo. Al menos u...

La noche en que colocan a Osvaldo (tres años recién cumplidos) por primera vez frente a un televisor (se exhibe un drama británico de hondas resonancias), queda hipnotizado, la boca ent...

Hijo mío recuérdalo son éstos los pitucos tienen un aire verdad