María Victoria Atencia

Lavadero viejo

Cóncavas piedras vienen a recibir mi hato
con un frescor que acepta mi mano en su recinto.
Guardo turno en el húmedo corredor subterráneo:
doy paso a las rameras y al ajuar de los muertos.
Públicamente expongo al agua mis razones.
Su corriente no sabe más pasión que el olvido.
¿Disfrutate esta lectura? ¡invítanos a un café!.
Tu ayuda nos permite existir.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de María Victoria Atencia...



Arriba