Abrazo el agua del mar
escucho sus gemidos
cuando me envuelve.
Admiro la belleza
saciedad extrema
caracolas y corales
buscan caricias.
En tu seno profundo
preñada de emociones
siento el regreso del alma
la vida que me habita.
Regocijo que sucumbe
cuando te acercas,
y sin tocarme si quiera
me desnudas,
con esa mirada tuya
en la que se pierde
mi océano.
Enredamos con las olas
y en su vaivén
se ubica nuestro lecho.
y nuestros cuerpos
retozan en la profundidad
de sus aguas.
La sal limpia nuestros poros
y se deleita en el encuentro
en el que giramos en la ola
sin miedo a que nos arrastre
aguas adentro.
En su furia y su calma
nos acerca, nos aleja
nos invita al deseo
de caricias que no cesan
Bebiéndose nuestros besos
latidos que se prenden
en el frescor de la tarde.
Cuando la oscuridad nos reta
nosotros ya somos uno
en el más lejano horizonte
en el que se pierde la mirada
esa fina línea
donde el mar y el cielo
se confunden.
@María José Luque Fernández