Caminando con la brisa encantadora que me
persigue estando detrás de ella, amo la acaricia del sol y los susurros de aquellos pajarillos revoloteando en mi corazón, ya que ellos son la razón de mi grata felicidad.

El sol es mi amor, es mi pasión ya que oculta un gran girasol que mata por sonrisas ardientes que cultivan su camino de compasión, es bello como ese domingo tan distinto que el cielo transmito en el mar de aquellos peces que nadaban de felicidad.

Un domingo tan distinto que hasta el quinto laberinto decidió abrir su jardín de bellas flores para que las mariposas posaran en su grande belleza e iluminando todo ser que se ocultaba en las sombras de la tristeza, haciendo que dejarán  de ser simples manchas negras y ocultas en la apariencia de los otros.
Mi juramento es que el domingo tiene que ser como ser un momento de ese sentimiento mas íntimo que hasta el cuento más triste liberando aquel lamento, aumento el movimiento de felicidad y amor.
Un domingo es el nacimiento de las flores más felices y todos son el descubrimiento del cariño que oculta un domingo tan distinto.