Me hubiera gustado decirte todo lo que quiero por escrito, bien ordenado, incluso para poder entenderlo mejor yo mismo; pero las palabras tienen eso que les gusta escaparse y hacen difí...
Trabajo con el veneno de una víbora barata. Estudio cómo puede dejar de ser de mimbre para convertirla en una serpiente real. Su veneno es fuerte pero no tanto. Después me traen una ser...
Yo construí nuestra historia y nunca te pedí permiso para elegir nuestros recuerdos en común. No sé de qué manera habrás recopilado y guardado en tu memoria (si es que queda alguna memo...
Es que está ardiendo el mundo y arderá hasta que acabe porque hemos perdido el rumbo, en el medio de la calle Son el vidrio en la tráquea
vos te acostumbraste demasiado al estado de emergencia yo anhelo la calma y la estabilidad que podría sacar del mundo burgués construí mecanismos disfuncionales para acceder ilusoriamen...
Se despierta a las seis de la mañana, después del segundo aviso de mamá. No quiere volver a la escuela, pero tiene que ir, cómo no va a ir. Se queda dos minutos sentado al borde de la c...
dábamos vueltas en la noche y fuimos consumidos por el fuego nos acercamos y miramos desde el b… —en el límite del sumidero— y las fauces como antorchas apagad…
qué carajo un remolino que se lleva las piedr… subterfugios en el remolino qué carajo unas piedras que se llevan las sim…
-¡Aay pero que belleza por Dios! Mirá -le pasa el celular-. Antes de morirme tengo que ir a Grecia. Que belleza Santorini, si el paraíso existe, está ahí. -¡Aaay noo! Me muero, que bell...
Hay un babuino que se divierte par…
En la tarde que se extinguía una vida encontró su fin. Y como no me condolía, me encontró a mí la hora fría y ahora me muero aquí.
Pasa el tiempo, en silencio, el reloj apenas marca con constante bisbiseo los segundos y las horas que después se escondieron
Todas las tardes de otoño son tardes de domingo. Tardes de té, de café negro, de libros gruesos, densos, interminables. Todas las tardes de otoño son del color del tabaco húmedo y tiene...
Empecé a escarbar entre las uniones de mis dedos del pie. Horadé la carne y llegué hasta algo blanco que parecía hueso, o cartílago. Con los pies así, salí a caminar. Al principio me do...
Mira por la ventana, pasan algunos autos, no se ven peatones. Está nublado, el sol trata de asomarse y vuelve a esconderse, corre un viento fresco que arrastra algunas hojas. Faltan dos...