#Españoles #Generación27 #SigloXX
No estás tan sola sin mí. Mi soledad te acompaña. Yo desterrado, tú ausente. ¿Quién de los dos tiene patria? Nos une el cielo y el mar.
Hijo de la oración, cada mañana dejo el seno del cántico, me desnudo del himno que se eleva a la gloria de Dios
Mi soledad llevo dentro, torre de ciegas ventanas. Cuando mis brazos extiendo abro sus puertas de entrada y doy camino alfombrado
Hubiera preferido ser huérfano en la muerte, que me faltaras tú allá, en lo misterioso, no aquí, en lo conocido.
No hay ningún paso, ni atraviesa nadie los dinteles de luz y de colores, cuando la rosa se abre, porque invisibles son los paraísos
Era mi dolor tan alto, que la puerta de la casa de donde salí llorando me llegaba a la cintura. ¡Qué pequeños resultaban
La niebla si es cercana me parece Que oculta algún dolor, velo que n… A unos ojos la luz, a los que cieg… Con un blancor de llanto que estre… Pero si no es cercana, si se mece
El cielo de tu tacto Amarillo cubría El oculto jardín De pasión y de música. Altas yedras de sangre
¡Qué dulce dolor de ancla En el corazón sentías! Tu corazón reteniendo, Duro coral, mi partida. Ahogada en amor, tu amor
Mis ojos grandes, pegados al aire, son los del cielo. Miran profundos, me miran me están mirando por dentro. Yo pensativo, sin ojos,
Mi sueño no tiene sitio Para que vivas. No hay sitio. Todo es sueño. Te hundirías. Vete a vivir a otra parte, Tú, que estás viva. Si fueran
Ojos de puente los míos por donde pasan las aguas que van a dar al olvido. Sobre mi frente de acero mirando por las barandas
Las barcas de dos en dos, como sandalias del viento puestas a secar al sol. Yo y mi sombra, ángulo recto. Yo y mi sombra, libro abierto.
¡Qué música del tacto las caricias contigo! ¡Qué acordes tan profundos! ¡Qué escalas de ternuras, de durezas, de goces!
El ciego amor no sabe de distancia… Y, sin embargo, el corazón desiert… Todo su espacio para mucho olvido Le da lugar para perderse a solas Entre cielos abismos y horizontes.