#Españoles #Madrileños #SigloXVI #SigloXVII (1612) Belén Pastores de
No sabe qué es amor quien no te am… celestial hermosura, esposo bello, tu cabeza es de oro, y tu cabello como el cogollo que la palma enram… Tu boca como lirio, que derrama
Pululando de culto, Claudio amigo… minotaurista soy desde mañana; derelinquo la frasi castellana, vayan las Solitúdines conmigo. Por precursora, desde hoy más me o…
Un soneto me manda hacer Violante que en mi vida me he visto en tant… catorce versos dicen que es soneto… burla burlando van los tres delant… Yo pensé que no hallara consonante…
En tanto que el hoyo cavan a donde la cruz asienten, en que el Cordero levanten figurado por la sierpe, aquella ropa inconsútil
¿Qué ceguedaz me trujo a tantos da… ¿Por dónde me llevaron desvaríos, que no traté mis años como míos, y traté como propios sus engaños? ¡Oh puerto de mis blancos desengañ…
Buscaba Madalena pecadora un hombre, y Dios halló sus pies,… perdón, que más la fe que los cabe… ata sus pies, sus ojos enamora. De su muerte a su vida se mejora,
Yo dije siempre, y lo diré, y lo d… que es la amistad el bien mayor hu… mas ¿qué español, qué griego, qué… nos ha de dar este perfeto amigo? Alabo, reverencio, amo, bendigo
Céfiro blando que mis quejas trist… tantas veces llevaste, claras fuen… que con mis tiernas lágrimas ardie… vuestro dulce licor ponzoña hicist… selvas que mis querellas esparcist…
Quien supiere, señores, de un pasa… que de Juana a esta parte anda per… duro de cama y roto de vestido, que en lo demás es blando como un… de cejas mal poblado, y de elefant…
—Pluma, las musas de mi genio auto… versos me piden hoy. ¡Alto, a escr… —Yo sólo escribiré, señor Burguil… éstas que me dictó rimas sonoras. —¿A Góngora me acota a tales hora…
Por las riberas famosas de las aguas de Jarama, junto del mesmo lugar que Tajo las acompaña, alegre sale Belardo
Bien puedo yo pintar una hermosura… y de otras cinco retratar a Elena, pues a Filis también, siendo moren… ángel Lope llamó de nieve pura. Bien puedo yo fingir una escultura…
A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos. ¡No sé qué tiene la aldea
Vireno, aquel mi manso regalado del collarejo azul; aquel hermoso que con balido ronco y amoroso llevaba por los montes mi ganado; aquel del vellocino ensortijado,
Vengada la hermosa Filis de los agravios de Fabio a verle viene al aldea enfermo de desengaños. A ruego de los pastores