A Aída Bonelly
El tiempo niño
Cuando suelen pasar montañas grises —vagas torres astrales— veo la maduración de la luz sonorísima
Por el ladrillo por el tiempo por tu rostro por la arena por tu visión de cinta
Parques. Aceras. Cines. Humo. Etc... Y la avenida, rabiosamente iluminada, hendida por automóviles inexorables, descendiendo como un gran río negro, arrastraba en sus aguas la vanidad y...
El aullido se adentra y fosforece punza la oscuridad (se vuelve el r… el aullido luminoso y estridente el aullido Rompe el cerco la posición del pie
—Cantores fuimos, y tuvimos un corazón... Cantores fuimos. También a nosotros nos tocó vivir,
Vives aquí. Estás plantada —árbol que en los albores del mund… en el más amplio salón de mi memor… En mi memoria duermes y en mi memo… cada tarde, ligera.
—Corrí una vez al aire y me perdí… Toqué profundos páramos y timbres… Pero he vuelto, Dador, y hoy heme… recibiendo tu amor a torrentes, a… ¡Señálame! Tu dedo no acusa ni me…
¿Qué era yo antes de ti? ¿Quién era? Hendedura en la sed del viento, lámpara cerrada a su propia luz. Pero vienes como la lluvia a los s…
Intacto borrador no corregido. Ni poema, tal vez. No es tintero. Ni sonajero. Ni pez.
Llorando va un pastorcillo, llorando pasa, llorando; de tanto llorar ya lleva todo su cuerpo mojado. —¿Quién te ofendió, pastorcillo?;
Caballito, caballito, caballito; caballito, caballito trotador: en tu lomo tú me llevas, caballito… caballito trotador. Mi caballo tiene el pelo colorado;
No te hablo como hijo, ni como siervo, ni como nada de lo que otros han s… Te hablo como el que cayó en tu Silencio
—¡Loor al reposo! ¡Loor al reposo… ¡Loor al reposo! (Las voces resonaron, abierto el paredón). —¿No has visto en ti
—Callar es gran sabiduría. —Buena máxima. —Aplícala y háblala.
La mañana volvía entre penumbras y rostros, bajo el dulce asomar de… el tiempo no marchaba, puesto que… ritmaba el aleteo urdiente de su c… La niña removió el cerrojo del ins…