El tiempo niño
Alguien nos toca el sexo (la voluntad más fuerte); alguien nos toca el hombro
El secreto del número –el través de todo lo mortal o aparecido– ha sumado ha restado ha dividido desoyendo las leyes de Moisés Como grupo juntaron treinta y tres
Antes del alba, cuando el viento aún no tiene boca y el sueño es un… un eco me llama desde la substanci… y en su canto arde mi nombre como… Me busca ese eco en la hondura de…
Miras en mí y soy tierra abierta, cántaro vuelto al río del Origen. Todo lo que pesé se torna vuelo, brizna de la aurora. No sé si el fuego me ciñe
Amo la quietud de los árboles, el bisbiseo de sus copas, la gracia y la velocidad con que s… No están quietos los árboles ni los fijan sus raíces:
La poesía de Leopoldo Minaya es la expresión de un espíritu que se mueve en los senderos de una corriente lírica de gran frescura y lozanía. Sus versos son la sinfonía de una orqu...
No por azar nos revelamos el tercer planeta. (Valga la brevedad
Yo, que no tuve nada... un hombre… el mineral que abona los caminos, arrebol trastornado, sementado: escribo. Yo, que no tuve nada... ¡Oh alaba…
Mi hermano y yo bajo las voces temblequeantes, ten… de las abuelas, anduvimos ciudades y países sin no… invadimos palacios, robamos
Cuida, Señor, al buen ladrón que aventura robar en nuestros pat… y su innombrable temor oculta con la sombra. Tantea el alimento
Mi padre era un hombre terrible. Hasta lo peor medró en su boca. Me llevó a pensar a punto y lugar donde se piensa: En las barbas de un hombre se ocul…
Escalinatas térreas en tu monte (eres Venus) me transportan a un suelo
La salve salta a los aires... y yo me anudo a tu cuerpo. Una loca boca sopla las redondeces de un cuerno. ¡Ah, negra! Pobre y desnuda,
Tú recoges las huellas de mis voce… y las tornas canción de mediodía con pecado inmortal, con poesía... y adelantas tus sueños más veloces… Nada raro si truena en altavoces
El puente se despereza como un gusano de seda; los autos que lo recorren son montoncitos de arena. Sube, baja, tiende y une