¿Dónde están las espadas de aserrín
y el amplio abrazo de la soledad?
¿Dónde están las espadas?
Buidas en sus lechos
(el haz con que me anulas,
el envés con que me salvas...)
Vas,
vienes,
vaivenes a la vez,
con el arco y la flecha, con estocadas
de bronce,
neta, mágica...
Así aprendí a entenderte más allá de las cosas...
más allá del silencio que encarna tu heroísmo.