Culpable
¿Qué sabe usted de lo que pueda sentir yo?
Si me resulta un trago amargo escucharle hablar con esa maldita, absurda, desagradable y asquerosa compasión.
Estoy molesto, maldita sea!
Odio estar molesto, odio admitir que lo estoy, odio pensar que lo estoy, porque no estoy molesto, o si? Que difícil es mirar dentro de mi y no saber nada, porque no veo nada más que sentimientos reprimidos y viejos vacíos que quizá nunca los pueda saciar por completo, es una maldita espina que me retumba en el oído y en el pecho, ya lo sé, ya lo sé.
Estoy seguro que sé quién es el culpable, quien es el traidor, sé quién causa estas molestias, pero me basta con culparme y olvidar a corto plazo lo que no debería olvidar, como si sus caricias fueran el corrector al espejo que tengo en frente, como si besarla no fuera algo dulce, sino más bien algo tonto, y creo olvidarlo, pero no es así ya lo ve usted.
Creo olvidar muchas cosas para que no me afecten, ¿No es eso lo que dicen los psicólogos? Si no escuchas tú cabeza no tendrás líos, me dijo una vez un idiota de esos.
La quiero tanto que ya no podré hacerlo más, la quiero tanto que quizá está mal hacerlo. No lo sé, no lo sabré y me cuesta decirle que la quiero, y lucho contra lo que me gustaría hacer y lo que es mejor hacer y decido observarla de lejos y ver su esencia animal, dejarla ser libre y que no note que estoy distante. Imposible. Es muy observadora.
cómo me cuesta mirarla a los ojos y que su mirada me diga todo, y no basta, no me basta
Préféré par...
