De día marcharon las nubes no me preguntes hacia donde, ni el sol quiso salir, no es la soledad absurda la culpable de tanto caos diurno
De noche oscuras sin estrellas ni luna, ya ni hablar, despierto en ellas con mis párpados caídos, no es la tristeza que provoca tanto caos nocturno
De mi vida caótica llena de imperfecciones nació el dulce aroma que destilan tus poros, el sabor increíble de tus labios casi invisibles, de tu mirada intensa y provocadora
Ahora que llegó tanta dicha a este mi mundo rodeado de anhelos, mis párpados caídos evitan la claridad de verte o dejarte ir
Una mirada ausente...