L. E. Torres

EL PASO SUICIDA

Y la Muerte, en la tarde, se estremece y suspira
Claudio de Alas

Un pobre desdichado ya padece el vacío bajo sus pies
Las vorágines caen en la noche de la noche
Aquella sombra péndula guarda el signo incandescente de la vida
La tarde se precipita y arrastra los fuegos a algún abismo
Lo que ayer se contempló se palpará en el eco de lo que hoy se calla:
Viento árido encerrado en ciega pupila!
 
La nada y un grano de arena
                                           La hora se ahoga en la mar, la mar no sabe de ella
El olmo seco ya es la misma agonía




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