La delicada mirada que tienen tus ojos
Hace temblar al más temible dragón
Hace que el despejado cielo se derrita
Y que un congelante aroma provenga del sol
La suavidad de tus palabras cundo fluyen
Al igual que el oporto, es embriagante.
Hace que la pureza del agua pierda su gracia
Y que la figura del pobre parezca arrogante
La gentileza de tus manos al rozarme
Llena de tranquilidad, de mi alma, a cada rincón
Deja que la paz que se encuentra en el aire
Fluya dentro de mí acompañado de amor