De Primer centenario de Simón Bo… Himnos no canta América este día a un crudo engendro de la horrenda… en quien no tiene qué admirar la t… sino la ira de Dios, que se lo env…

En otro tiempo huías de mis llorosos ojos, sueño blando… y tus alas sombrías lejos de mí batías, el vuelo en otros lechos reposando…

Cuatro estaciones hay en nuestra v… como en el año, Laura: Una en que el cielo es puro, mansa… que corre entre las flores adormid… ésta es aquella dulce edad primera…

Bosquecillo frondoso, que a las orillas del sonante río abrigo delicioso me das en los calores del estío. Cuando yo te contemplo,

Yo vi esa triste nube el firmament… apacible cruzar en claro día, brillante de arrebol y de alegría cual de mi dicha el rápido momento… En medio del celeste pavimento

Bolívar, tú que en mil gloriosas l… romper supiste del león de España la ira y poder, con más ilustre ha… que hizo en el león Nemeo Alcides… hoy que sereno con tus pasos mides

Con majestad sublime el sol se ale… y el extendido cielo a las encapotadas sombras deja, que ya le cubren con umbroso velo. ¡Qué solemne misterio! ¡Qué profu…

A ti me acojo, soledad querida, en busca de la paz que mi alma anh… en su ya inquieta y procelosa vida… mi nave combatida por la borrasca de la mar del mund…

Esposa casta, Virgen sin mancilla… augusta madre e hija de tu Hijo; de las cosas del mundo maravilla, del consejo de Dios término fijo. Tú, de las criaturas soberana,

Leve cinta de luz brilla en Orien… como la fimbria de oro del ropaje del sol resplandeciente… y éste es el nuncio de la luz del… El pueblo de las aves que dormía

¡Oh noche! ¡Oh madre de la luz! A… tú reinas en los ámbitos del cielo… lejos huyó la luz deslumbradora, cayó el rumor que levantaba el día… y en tu regazo inmóvil duerme el m…

Prole gentil del céfiro y la auror… nacida con el don de la belleza; gracias con que la gran naturaleza ríe, y su augusta majestad decora. La luz del sol, que el universo do…

¡Corazón! ¡Corazón! ¿Por qué susp… ¿Por qué los muros de tu cárcel ba… Es imposible, corazón.... ¡Delira… Infeliz corazón, en vano lates! Siempre contuve tu ímpetu violento

Corred, lágrimas tristes, que es dulce al alma mía sentiros a raudales del corazón manar; corred, que los suspiros

En la amena floresta de un bosquecillo, se alza la espe… do el ardor de la siesta se templa, do murmura una de humilde vena fuente pura.