Días de primavera
Que terminan en otoño
Recuerdos de una tarde gris,
un día de abril, a las diecinueve cero seis,
con pétalos de lluvia,
ahogados en el cuello de un jersey.
El autobús no paraba de rugir,
chapoteando en los charcos, el pajarillo a su qué hacer,
frente a mi asiento,
la sombra de un bello y cansado atardecer.
El soniquete del andar sobre las aceras,
el traqueteo de las ruedas sobre el asfalto,
la inquietud del rojo,
la incertidumbre del ámbar,
el verde del esperanza.
El abrir y cerrar de ojos,
el mirar y no saber qué hacer.
El pensamiento bajo las cabezas,
el sentir fuera de los corazones,
los sentidos floreciendo,
las almas marchitándose.
Las máscaras cayendo,
los disfraces quemándose.
Los besos muriendo,
el amor queriendo.
La vida ardiendo,
y el mundo en llamas.
