#EscritoresArgentinos
No sabré desatarme los zapatos y d… no me emborracharé bajo los puente… Acepto este destino de camisas pla… llego a tiempo a los cines, cedo m… El largo desarreglo de los sentido…
En la bóveda de la tarde cada pája… recuerdo. Asombra a veces que el fervor del… vuelva, sin cuerpo vuelva, ya sin… que la belleza, tan breve en su vi…
Yo te pido un latido de futuro en que el mundo comprenda que ha t… fragmentos de su Dios en un poeta; dale voz y valor frente a lo oscur… luego, déjalo solo, que ha nacido
Como una carretilla de pedruscos cayéndole en la espalda, vomitándo… su peso insoportable, así le cae el tiempo a cada desper… Se quedó atrás, seguro, ya no pued…
La lenta máquina del desamor, los engranajes del reflujo, los cuerpos que abandonan las almo… las sábanas, los besos, y de pie ante el espejo interrogán…
de arriba abajo o bien de abajo ar… este camino lleva hacia sí mismo simulacro de cima ante el abismo árbol que se levanta o se derriba quien en la alterna imagen lo conc…
La nobleza, las grandes palabras,… a esta ternura sin mejillas que to… a esta lengua sin labios que enten… Envilece un amor así que rebota en… o se va cayendo a pedazos de palab…
Eres el dios de los cuerpos, das y… gozas en nuestro grito, en el asce… para flotar después en el reposo, medusa a medio sueño entre el agua… Pero también esperas
Te amo por ceja, por cabello, te d… blanquísimos donde se juegan las f… te discuto a cada nombre, te arran… voy poniéndote en el pelo cenizas… y cintas que dormían en la lluvia.
No me des tregua, no me perdones n… Hostígame en la sangre, que cada c… ¡No me dejes dormir, no me des paz… Entonces ganaré mi reino, naceré lentamente.
De pibes la llamamos: “la vedera” Y a ella le gustó que la quisiéram… En su torno sufrido dibujamos Tantas rayuelas. Después, ya más compadres, taconea…
q|Recordé un viejo cuento de Jack London, donde el protagonista, apoyado en un tronco de árbol, se dispone a acabar con dignidad su vida. Ernesto «Che Guevara», en La sierra y e...
Por veredas de sueño y habitacione… tus rendidos veranos me aceleran c… Una cifra vigilante y sigilosa va por los arrabales llamándome y… pero qué falta, dime, en la tarjet…
Ala de estela lúcida, en la albura libre de los levantes policromos, salina, dilatada por los lomos de las olas que exaltan la llanura letárgica del agua. Luz, criatura
Dime por qué todavía te deseo, por qué tu nombre vuelve como el hacha a la herida en una amarga visitación de medianoche, a la vera de un campo funerario donde las larvas multiplican hú...