#Argentinos #SigloXX
Mira, no pido mucho, solamente tu mano, tenerla como un sapito que duerme así cont… Necesito esa puerta que me dabas para entrar a tu mundo, ese trocit…
Bronces de las ocho y media nos llaman cada mañana —entre tu casa y mi casa— de dos cornisas y un breve saludos… ¡Estás tan bella, vestida
No me des tregua, no me perdones n… Hostígame en la sangre, que cada c… ¡No me dejes dormir, no me des paz… Entonces ganaré mi reino, naceré lentamente.
En un principio cabe el desconcier… si detrás de la sombra no hay fana… y al nacer siguen sombras vesperal… y al lado del desierto hay más des… y ya no es cierto aquello que era…
Su mono azul le ciñe la cintura, le amanzana las nalgas y los senos… la vuelve un muchachito y le da pl… poderes de liviana arquitectura Al viento va la cabellera oscura,
No hay que llorar porque las plant… no hay que estar triste si una vez más la rubia carrera de… ese permanecer en tanta fuga. Porq… constante en su inconstancia cuand…
Eres el dios de los cuerpos, das y… gozas en nuestro grito, en el asce… para flotar después en el reposo, medusa a medio sueño entre el agua… Pero también esperas
Una idea incandescente se me vino… una antorcha que flameaba en lo al… pero sola y sin refuerzos talvez p… ya librada de hace tiempo por tu b… un cobarde que vacila entre el olv…
Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabu...
De colinas y vientos de cosas que se denominan para ent… como árboles o nubes en el mundo De enigmas revelándose en las luna… rotas contra el aljibe o las arena…
Recordé un viejo cuento de Jack London, donde el protagonista, apoyado en un tronco de árbol, se dispone a acabar con dignidad su vida. Ernesto «Che Guevara», en La sierra y el ...
Ya mucho más allá del mezzo camin di nostra vita existe un territorio del amor un laberinto más mental que mítico donde es posible ser
Ala de estela lúcida, en la albura libre de los levantes policromos, salina, dilatada por los lomos de las olas que exaltan la llanura letárgica del agua. Luz, criatura
Qué vanidad imaginar que puedo darte todo, el amor y la… itinerarios, música, juguetes. Es cierto que es así: todo lo mío te lo doy, es cierto,
Yo no sé, mirá, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofet...